Si la naturaleza humana fuera tan confiable como la de los perros no existirían perros en la calle y sin hogar. Lamentablemente no es así y esto representa un grave problema cuando te propones dar un perro en adopción.
Si el perro era tuyo o si lo rescataste de una situación de abuso o de la calle, lo que menos quieres que pase es que quede en malas manos o con personas irresponsables. La idea es evitar que sufra abusos, que acabe en las calles de nuevo o que sea usado con el fin de procrear y la posterior venta de los cachorros. Recuerda que lo que quieres es evitar existencia de perros abandonados, maltratados y en las calles.Si logras reubicarlo con familiares, compañeros de trabajo, amigos o conocidos la solución es perfecta ya que puedes estar al tanto de su bienestar e incluso seguir involucrado con él. Sin embargo, esto no es el caso normalmente y los perros terminan en manos de perfectos desconocidos.
Te recomendamos que seas franco respecto al perro que das en adopción, si te urge deshacerte de él piensa que si mientes o ocultas algún problema de conducta, salud o socialización, el nuevo dueño probablemente te lo acabe regresando o se deshaga de él a su vez.